Asà  como caperucita roja, el ser humano siempre ha de buscar, escoger o incluso hacerse el camino más corto; y esto se refleja no solo en cuanto a vÃas de transporte, sino también a todo lo que implica vivir. Buscamos hacernos ricos sin trabajar, fuertes sin ejercitar, maestros sin practicar, e inteligentes sin pensar.
Aunque esta manÃa de poco esfuerzo, hace parte de nuestro sistema lÃmbico, aquel que alude a los instintos, actualmente, gracias a este deseo y a la tecnologÃa desarrollada incluso con los mismos fines, han llevado al hombre a reorganizar completamente su modo de vivir. Esta nueva forma de vida está ligada a los nuevos “mediaâ€, entendiendo por eso y según lo afirma Lev Manovich, a las nuevas formas culturales que dependen de un ordenador digital para su distribución.
En los noventa estos nuevos media, podÃan ser asequibles de una manera rápida y que a la vez eran gran fuente de información, sin embargo, con la rápida evolución de la internet, todos estos nuevos media están agrupados en uno, lo que explica porque una persona podrÃa estar todo un dÃa entero frente a su computador o incluso a su celular. Los nuevos media son básicamente información, y se dice que la información es poder, y no creo que haya duda frente a eso, pero la idea de la inmediatez de acceso esta información esta no solo reorganizando nuestro modo de vivir, además nos está obligando a crear un mundo alterno, porque en el otro nos vuelve holgazanes.
La teorÃa de Jonathan Dancy, sobre que posiblemente, nuestra existencia se reduce a que somos cerebros en una cubeta alimentados por una supercomputadora, ya no parece ser un tema de ciencia ficción. Estamos conectados a una base de información, información que necesitamos rápido, de inmediato, sin adornos, con menos de 140 caracteres, rápido, información frÃa, comentarios que definen a alguien sin conocerlo,  fotos que nos muestren a alguien sin verlo, rápido, resúmenes de libros, cosas cortas, LOL, OMG!, no queremos demorarnos, pereza, tenemos afán, ¡rápido! ¿Cuál es la prisa? WTF, ¡RÃPIDO, QUE HAY MUCHO TIEMPO!
JAIME CHÃVEZ