por Laura Rojas
El mundo se ha visto sometido a grandes cambios desde su nacimiento. Cambios climáticos, de población, de paisaje y hasta de inclinación. Sin embargo, nada ha cambiado más el paisaje de la tierra desde que el hombre apareció en escena, hace más de 3 ó 4 millones de años. El cambio ha sido impresionante: hábitos, hábitat, formas de relacionarse con los demás, con el entorno; grandes inventos que han generado cambios radicales en el estilo de vida de los seres humanos. No obstante, el cambio que se generó en los últimos 30 ó 40 años, ha sido más vertiginoso que cualquiera de las transiciones a las que el hombre se ha sometido, teniendo en cuenta que cada uno de los periodos que contamos como referente, marcan un cambio paulatino que suele durar no menos de 100 años.
En la era de la Posmodernidad, el desarrollo de la tecnologÃa en los últimos años, ha hecho que la formas de vida de muchos individuos, que tienen acceso a ella, cambien por completo ante todo, su forma de interactuar con el mundo.
Se dice que hoy en dÃa los jóvenes ya no tienen amistades reales, porque pasan más tiempo conectados con los “amigos virtuales†que con a realidad. Sin embargo, si uno está inmerso en los medios digitales, sabe que esto, no es del todo cierto.De hecho, el desarrollo de la tecnologÃa ha puesto a nuestro alcance conceptos que para muchos de nosotros eran desconocidos, y que sin embargo han hecho parte de nuestro quehacer como humanos, desde siempre.
Es el caso del concepto de interactividad, que vino a formar parte de nuestro argot diario como si hubiera sido una bondad que trajo consigo la Internet. No obstante, la interactividad no es exclusiva de ella.
El concepto de interactividad se refiere a la transmisión de varios mensajes de información que están conectados entre si. Se caracteriza por el hecho de que el receptor tiene la capacidad de tomar decisión, acerca del contenido al cual quiere acceder, por ende abarca también los conceptos de selección, exploración y consecución. Es decir, que la interactividad se basa en el hecho de que el receptor toma una papel activo, en cuanto a la forma en la que recibe la información.Según esto, podemos entonces darnos cuenta, como dije anteriormente, que la interactividad no apareció con los medios digitales, sino que se presenta desde el momento mismo en el que nos relacionamos con los seres humanos. En una conversación, por ejemplo, al hacer uso de nuestros gestos y estado anÃmicos, reaccionamos frente a los que nos dice la otra persona. Sabemos que algo es interactivo dependiendo de la forma en la que accedemos a la información.
No obstante, si bien es cierto que la interactividad no nació con el Internet y los medios digitales, es indudable que no ha habido historia de la humanidad, más interactiva que ésta y todo, gracias a la Internet. Esta promueve no sólo el acceso fácil de la información por parte del usuario; conlleva además, un cambio absoluto en la forma en la que nos relacionamos con los demás y con el entorno, proporcionándonos un medio virtual, en el que incluso nosotros mismos podemos ser los autores de la información. Es el caso de las redes sociales, que han estado tan de moda en los últimos tiempos. En estas, el grado de decisión con respecto al acceso de la información, es alta; ya aquellos que nos dicen que pasamos más tiempo en el computador que con los amigos, se equivocan en creer que esto nos ha alejado de la vida social. Al contrario, todos estos espacios virtuales en los que nos movemos nos permiten relacionarnos, no sólo con nuestros amigos más cercanos, sino con aquellos que no lo son tanto o aún más, con absolutos desconocidos. Esta bondad de la interactividad en estos medios permite que todo aquel que tenga un pensamiento, una opinión o una idea, la comparta con los demás, con todos aquellos a los que conoce y a los que no. En este sentido la interactividad se convierte en el mecenas de la opinión pública, esa opinión que ya no está en las voces de aquellos que tienen los micrófonos de los medios de comunicación masivos, sino que es en realidad la opinión que se mueve en un ámbito que, aunque parezca paradójico, es más real.
Claro está que este hecho no nos blinda de la fuerte influencia que siguen ejerciendo los medios tradicionales masivos. De hecho, la interactividad es unarma de doble filo, porque en muchas ocasiones podemos ser los ecos apagados de lo que nos dicen los medios de comunicación, que no siempre son confiables. No obstante estas circunstancia, también es cierto que gracias a esta clase de interactividad, hemos podido expresar nuestra opinión acerca de cualquier tema, sea actual, pasado, polÃtico, personal, etc., básicamente, cualquier cosa sobre que en algún momento hayamos querido decir algo y que no siempre hemos tenido la oportunidad de decirlo.
En ese orden de ideas, puedo afirmar que el grado de interactividad que nos ofrece la Internet, conlleva además a una “meta- interactividad†en el sentido en el que, gracias a ella expresamos aquellos pensamientos que no siempre tenemos la oportunidad de expresaren la cotidianidad, en la relación con los amigos. Por ende, muchas veces logramos conocer con mayor profundidad lo que piensanaquellos que nos rodean, sobre temas profundos, y por este motivo las redes mejoran la comprensión global que podamos tener acerca de lo que piensan los demás, sean conocidos o no, y de esa forma, tener una idea a su vez, más global, de lo que configura nuestra realidad. Por otro lado, al poner al alcance de muchas personas la opinión de alguien, es más fácil interactuar con ella, opinar al respecto, controvertir, concordar, aportar, incluso insultar, (aunque por supuesto, no es la idea), lo que en algunas ocasiones es difÃcil si se está en una charla tradicional
Claro esta, que además de compartir nuestra opinión, la interactividad que nos ofrecen las redes sociales, también ha conllevado a la renuncia de la privacidad y a veces de la intimidad, por parte de aquellos que hacemos parte de ellas, pero eso darÃa para otro ensayo.